Una carta en clave durante la emergencia climática de 1925
Las lluvias de los años 1925 y 1926, por su intensidad y duración, son equiparables a las actuales, que han ocasionado las inundaciones y huaicos que vivimos. En retrospectiva sorprende ver cómo los desbordes se han producido en los mismos lugares y en el mismo orden. Al igual que ahora, la tragedia que vivió Talara la vivieron Trujillo, Casma y también Lima.
¿Cómo éramos en 1925 o 1926? Vivíamos los días de la Patria Grande bajo la presidencia de Augusto Leguía, primero llamado el Gigante del Pacífico y luego recordado simplemente como el tirano. Su gobierno de once años empezó en 1919 y duró hasta 1939, de modo que durante las lluvias y desbordes estaba en la cumbre de su poder. Ni el gobierno de Leguía, absolutamente más empoderado que las previas administraciones, puedo impedir que ante la tragedia cundiera la especulación, afectando a los productos de primera necesidad.
Hoy en día eso se hubiera traducido en diversas denuncias periodísticas. Pero en 1926 no podías salir así nomás en los medios criticando la especulación de alimentos. Sin embargo un lector de Variedades, importante revista de entonces, se las ingenió para enviar a la revista una carta denunciando la situación en todos sus términos. Pero, apelando al ingenio, puso sus expresiones en clave.
Vea usted la carta y trate de descifrarla. Luego, líneas más abajo, podrá ver nuestra transcripción.
Ahora sí. Este es nuestro intento por descifrar la carta. Ponemos con otro color las palabras que en la carta están representadas por algún tipo de símbolo, de manera que usted pueda seguir la transcripción señal por señal.
Le aseguro que es más divertido que cualquier crucigrama. Y al recorrer la clave descifrada de esta carta recuerde usted que el ser humano cambia poco, y hoy como ayer la necesidad de expresarse le saca la vuelta a toda vigilancia.
Carta descifrada
Nuestra reina ciudad está inhabitable como resultado de los desastres pasados, ha llegado el reinado del hambre quien a todas las... de los mendigos con eter funesto llama.
La comunicación con la sierra sangra por la caída de puentes y averías de caminos impide el 'embarque' de reses y demás articulos, asi es que el pueblo irremediablemente va al desastre seguro. Los mercados por la carestía están de correr, escasean los huevos, las papas, la menestra. El pescado esta invisible como los astros, las aves ni para muestra existen, las gallinas valen una barbaridad y es posible que con el tiempo sean reemplazados por los negros gallinazos. Pero lo más grave del caso es la falta de corazón de muchos comerciantes que observando el refrán de "a río revuelto ganancia de pescadores" de antemano su mercadería la escondieron, a fin de venderlos en los días amargos.
Creo que este mal no tiene cura, pero hay que resignarse y esperar los acontecimientos con santa paciencia.
Con saludos en general, se despide hasta otra...
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