Existe un talareño que ha efectuado más de cincuenta festivales de gastronomía peruana en todo el mundo, y la ha llevado a países tan lejanos, como China y Rusia, cuando no se conocía sobre nuestra comida.

Más pistas: ese cocinero fue convocado por el gobierno peruano para la realización del “Festival de La Paz”, con ocasión de la firma del Tratado de Paz entre Perú y Ecuador.

Pues se trata de Adolfo Perret, quien en alguna oportunidad escribió: “Mis sentidos se educaron con pies descalzos en la arena frente a la playa de Punta Arenas, en Talara. Ahí aprendí a apreciar la belleza del amanecer, sintiendo el aroma de su brisa, disfruté de los colores, gracias a su sol inspirador y abrasador”.

Aunque viaje por el mundo organizando exitosos y grandes eventos gastronómicos, Perret siempre vuelve a Talara. Y recuerda su infancia, de la cual dice: “Gracias a ese mar que dejó su huella en mí y que dibuja gran parte de lo que soy y de lo que quiero ser. Talara es una fuente de mi existencia en su vitalidad cotidiana, entre su gente cálida y su horizonte inabarcable, entre el mar y su profundo lazo con los descendientes tallanes, que nos han prodigado de insumos espléndidos que han sabido deleitar nuestros paladares con sus más deliciosos secretos, entre la cordillera y el desierto que ejerce su paternal mirada”.

Bellas palabras para una provincia maravillosa como la talareña de uno de sus hijos más destacados.