Príncipes ingleses en Talara
El mundo todavía está hablando del fallecimiento de la reina Isabel II a sus 96 años tras 70 años en el trono. "Murió pacíficamente", se ha dicho desde el Palacio de Buckingham. Un dato poco conocido es que integrantes de la monarquía británica estuvieron alguna vez en nuestra provincia talareña, entre ellos el príncipe Felipe de Edimburgo, esposo de la recientemente fallecida reina Isabel II de Inglaterra.
El cronista Miguel Godos contó a Talara, mi orgullo que fue un domingo 8 de febrero de 1931 que a bordo del vapor Oropesa procedentes de Panamá arribaron a la bahía de Talara el Príncipe de Gales, futuro Eduardo VIII, y su hermano Jorge, Duque de Kent. Históricamente fue la primera vez que miembros de la familia real británica visitaban el Perú. Según dan cuenta las crónicas de la época en Talara se reunió con súbditos ingleses y sus familias para en horas de la tarde dirigirse hasta Paita en donde abordarían el vapor que los conduciría hacia el Callao.
En Talara, el Príncipe de Gales, Eduardo de Windsor, y su hermano Jorge recorrieron los campamentos petroleros explotados por la London Pacific Petroleum Company cuyos arriendos, tras un diferendo resuelto en el denominado Laudo de París (24.04.1922), pasaron a la International Petroleum Company. Ahí recibieron información pormenorizada del potencial de hidrocarburos en la zona.
No faltaron las amenas tertulias sobre la pesca deportiva del merlín negro, el atún “big-eye” y el pez espada, abundantes en Cabo Blanco y Máncora. Su alteza degustó los manjares del Pacífico meridional en el almuerzo. Cebiche de mero y filetes dorados de pez espada con mantequilla y alcaparras. Sin faltar los postres oriundos del país: mazamorra morada y refrescante chicha morada helada preparados por cocineras norteñas.
El itinerario de los ilustres visitantes en el Perú comprendía visitas a Talara, Paita, Callao, Lima, Arequipa, Cuzco y Puno. Según los despachos noticiosos: “En todas partes serán recibidos por ciudadanos británicos, representantes de los capitales ingleses Invertidos en este país, que pasan de 25.000.000 de libras esterlinas, más que los de ninguna otra nación, y que suponen aproximadamente la mitad de todo el capital extranjero empleado en el Perú. De Talara los Príncipes se desplazaron en automóvil a Paita, en la costa Sur, en donde tomarán un barco para la excursión al Callao”.
En Lima, el Príncipe de Gales fue condecorado con la Orden del Sol del Perú por el presidente Luis Miguel Sánchez Cerro, quien luego recibiría el grado de Gran Cruz de la Orden del Imperio Británico. Sánchez Cerro, de acuerdo a numerosos testimonios, habría pedido a los ilustres visitantes se quedasen todo el tiempo que quisieran para evitar a toda costa un alzamiento político en su contra. Es ya famoso el diálogo entre el piurano y su alteza, en la que con piurana espontaneidad Sánchez Cerro le dijo: “Salúdeme a su mamacita”.
Históricamente Gran Bretaña, como lo evidencian los cruceros Almirante Grau de 1906 y 1958, era un importante socio estratégico de la Armada Peruana en la primera mitad del siglo veinte, las visitas de almirantes británicos se mantendrán hasta la década de 1960, incluyendo dos distinguidos marinos miembros de la familia real: Felipe de Edimburgo, actual esposo de la reina Isabel II (1960), y Louis Mountbatten, último virrey de la India y conde de Birmania (1962).
En el año 1962, a las 3 de la tarde, un 21 de febrero, piso suelo peruano, el príncipe Felipe de Edimburgo, esposo de la reina Isabel II de Inglaterra, en el marco de una visita oficial.
Según, el archivo del diario El Comercio, el príncipe llegó con una reducida comitiva, pero con más de cien maletas que formaban parte de su equipaje personal. Se dirigió a Palacio de Gobierno, donde fue recibido con honores de Estado por el entonces presidente Manuel Prado.
En el camino hacia el centro de Lima, centenares de personas lo aplaudieron y le arrojaron pétalos de rosas, y él saludaba con amabilidad desde un clásico automóvil descapotable.
Como otra parte de sus actividades, Felipe se animó a pilotear su propio avión durante una hora por el cielo gris limeño. Su viaje solo tuvo una duración de 6 días, cuentan que practicó equitación, se paseó en yate por Ancón, recorrió Trujillo, Chiclayo y Cusco, donde visitó el santuario de Machu Picchu.
Y también estuvo en el distrito de Máncora, donde almorzó ceviche y tomó la rica chicha morada que se hace en toda nuestra provincia de Talara.
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