Al rescate del piajeno
07.11.2018
Escribe: Miguel Godos
Dice el poeta piurano Teodoro Garcés Negrón que el burro piurano no es como Platero en su tierra. Es huérfano de mimos y de juego. Los primeros asnos que pisaron nuestra tierra llegaron en los albores de la conquista y se aplicaron a los primeros momentos de la empresa colonizadora. De los caballos andaluces, bien cotizados, hubo florecientes negocios. Uno de los primeros oficios fue el del herrero. Juan de Salinas era un experto domador de caballos a los que colocaba herrajes.
El burro en Piura fue aguatero, verdulero, lechero, panadero y hasta eficiente servicio de socorro en tiempos de peste. Durante los inicios de la actividad petrolera en las tierras que ahora son Talara, piaras de asnos conducían barricas con crudo a los centros de refinación. Esta menuda tarea se cumplió también durante los períodos de lluvias. Desde entonces a las bombas de succión de crudo se les llama “burritos” de petróleo.
Los piuranos llaman al burro piajeno que significa “el pie del otro”. Las abuelas antañonas acostumbraban a alimentar a los niños enclenques con leche de burra pues la consideran de excepcionales propiedades nutritivas. El alimento preferido de los piajenos son las vainas de algarroba que abunda en los despoblados. Por eso burros y pequeños rumiantes como la cabra, desperdigan la semilla del algarrobo y contribuyen a la reforestación de los arenales. Los ácidos gástricos de equinos y rumiantes predisponen las semillas para la siembra. El burro de la foto es uno que encontramos camino a Lobitos. Su nombre es “Tranquilo” y es usado en llevar leña.
En 1982, con motivo del 450 aniversario de la fundación de San Miguel de Piura, Juan Ricardo Olaechea inauguró en el restaurant la Quinta Julia un monumento al piajeno confeccionado por el maestro Manuel Sánchez. Por la intempestiva invasión de los predios contiguos este inédito tributo a este personaje de Piura desapareció sin que nadie brinde noticia.
Garcés Negrón afirmaba que en el escudo republicano de Piura no deberían faltar un algarrobo, un piajeno y un montonero de la estirpe de los Seminario. Piura, vive una vigorosa y febril actividad económica. En la Piura de hoy pululan por todas partes mototaxis que arrinconan en la incuria al piajeno. Borricos en Piura cada vez hay menos pero urge protegerlos en cierta forma reforestan el desierto. Según nos advierten los que gozan de vida y salud son comprados por los productores de embutidos que los comercializan como carne industrial.
Quienes se internan en el desierto de Sechura dicen que en la lejanía se avistan burros cimarrones prófugos que en busca de la libertad y de la apetecible algarroba se refugian en los despoblados lejos de los hombres que los ultiman. Sin embargo, no faltan los cazadores furtivos que los ultiman para su festín de parrilla, olvidando que el progreso de Piura es producto de su trabajo y esfuerzo del que existen indelebles huellas.