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Lo mejor de lo nuestro

¡Espera un poco... un poquito más!

Escribe: Efraín Trelles 


Al momento de evaluar lo obtenido por la selección peruana destaca por encima de todo este nuevo sentimiento que ha unido al equipo con la hinchada. En el balance quedan imborrables momentos que han forjado los nuevos evangelios de nuestro balompié. Quizás nada resuma mejor el nuevo rostro de la selección peruana que el recuerdo de los golazos de Flores, rematados siempre con una sonrisa mochica que nos tiene a todos cautivados.

Vendrán los sabios a intentar explicar las razones del cambio y nos llenarán de variables sociológicas. Pero la verdad es que estamos a un paso de Rusia 2018 y el futbol mismo sigue tan desorganizado amo siempre. Basta ver la historias violentas en la actual Copa Perú, los cambios de programación, decisiones arbitrarias que quitan puntos y definen torneos. En fin. Sin embargo, nos sentimos a un parpadeo de Rusia 2018.

Desde acá puedo asegurar que viendo el tema desde la externalidad lo único que cambió fue que decidimos concentrar por fin en lugar de tener a cada jugador suelto en plaza. La tarde que nuestros seleccionados acudieron a la Videna para iniciar preparativos de cara al encuentro contras Argentina era solamente la cuarta vez consecutiva que decidíamos concentrar con rigor. En síntesis, el primer gran secreto que permitió el cambio fue la receta ancestral: ocho horas de sueño y tres comidas diarias.

Sin esa base el liderazgo de Gareca hubiera sido un mito. El mérito de Gareca es haber respetado los códigos del futbol y haberle dado a los hoy ausentes la debida oportunidad. Pero el técnico tuvo que cambiar de chip. Acuérdense de que Gareca llegó y anunció que a él no le importaba la vida privada de los jugadores. Se pagó el precio de semejante liberalidad y ahora tenemos al mundial al alcance de la mano.

Otro elemento importante que marca una diferencia feliz es que en este proceso se ha dado la total ausencia de dirigentes. Si como en otros procesos hubiera habido una comisión del seleccionado, con dirigentes repartiéndose cuotas de poder, tenga por seguro que estaríamos octavos

Por cierto es la hora de pensar bien. Por más que tengamos el corazón caliente y este equipo nos haya invitado a soñar, todavía no consolidamos la jerarquía deseada. Y por cierto no toda estadística viene del tal Míster Chip. Acá está Mister Quipu. Atentos. Vean la tabla de posiciones, ya inamovible a estas alturas. Ahora quítenle a Perú los tres puntos que nos dieron en mesa. Estaríamos octavos como casi siempre. Es hora de sacar la cuenta.

Viene el repechaje y todo el Perú volverá a vibrar a un solo son. Eso es lo emocionante. Que Gareca resuelva el rompecabezas, lo seguro es que cuando juguemos allá, serán la siete de la mañana. Toda la gente linda de Talara volverá a reunirse en el Centro Cívico para alentar a los nuestros como un solo corazón. ¡Arriba Perú!